La ecuación de Einstein cumple 100 años

Los físicos celebran el centenario de la ecuación más conocida de Einstein: E=mc².
Por Roland Pease Corresponsal Ciencia BBC
Por Roland Pease Corresponsal Ciencia BBC
Publicada en el cuarto de una serie de documentos que hicieron temblar los cimientos de la física en 1905, a E=mc² se le asocia hoy en día con el poder de las bombas atómicas.
No existe otra ecuación, en ningún campo, que esté cerca de ser tan reconocible como E=mc².
En 1905, fue la prueba final del genio e imaginación de un joven científico nacido en Alemania, que aún no ocupaba un puesto universitario.
Parece tan simple, tres letras que representan la energía, la masa y la velocidad de la luz, unidas con la fuerza de una cita histórica.
Y aún hoy en día, para los científicos, la información que alberga sigue siendo difícil de comprender.
Einstein demostró en un puñado de líneas que a medida que aceleras un objeto, no solo gana velocidad, sino que se hace más pesado.
Pero en cambio, esto hace menos fructíferos los empujes posteriores, ya que finalmente nada puede ser acelerado más allá de la velocidad de la luz.
La ecuación redondeaba la teoría de la relatividad, que Einstein había iniciado a comienzos de aquel año.
Einstein pronto se dio cuenta, gracias a la ecuación, que la energía liberada en la radioactividad un fenómenos escasamente entendido en aquel momento podría conducir a cambios apreciables en la masa.
Aquella idea fue trasladada finalmente a la física de la bomba atómica.
No existe otra ecuación, en ningún campo, que esté cerca de ser tan reconocible como E=mc².
En 1905, fue la prueba final del genio e imaginación de un joven científico nacido en Alemania, que aún no ocupaba un puesto universitario.
Parece tan simple, tres letras que representan la energía, la masa y la velocidad de la luz, unidas con la fuerza de una cita histórica.
Y aún hoy en día, para los científicos, la información que alberga sigue siendo difícil de comprender.
Einstein demostró en un puñado de líneas que a medida que aceleras un objeto, no solo gana velocidad, sino que se hace más pesado.
Pero en cambio, esto hace menos fructíferos los empujes posteriores, ya que finalmente nada puede ser acelerado más allá de la velocidad de la luz.
La ecuación redondeaba la teoría de la relatividad, que Einstein había iniciado a comienzos de aquel año.
Einstein pronto se dio cuenta, gracias a la ecuación, que la energía liberada en la radioactividad un fenómenos escasamente entendido en aquel momento podría conducir a cambios apreciables en la masa.
Aquella idea fue trasladada finalmente a la física de la bomba atómica.
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